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Onicofagia: el mal hábito de comerse las uñas

Está en medio de cualquier actividad y repentinamente se da cuenta que tiene la punta de los dedos en la boca. Si constantemente se come las uñas es un indicador que puede padecer esta manía producida por diversos motivos y que puede traer consecuencias verdaderamente negativas.
¿QUE ES LA ONICOFAGIA?
Por más que tenga un nombre tan sofisticado, y difícil de descifrar y aprenderlo de memoria, no es una enfermedad ni un transtorno psicológico muy grave. La palabra sólo viene del griego onyx y phagein que significan uña y comer, respectivamente.
Se trata de un hábito compulsivo por comerse o morderse las uñas cuyo origen se presenta generalmente en edades tempranas como la infancia y la adolescencia. Aunque en ocasiones perdura hasta la adultez, la mayor incidencia de este mal hábito se presenta entre los jóvenes sobre todo, en la pubertad.
También se presenta en las personas con capacidades diferentes pero ya de una forma de autoagresión, crisis de ansiedad, frustración de no poder comunicarse verbalmente, o algún mensaje que quiere dar a conocer a su familia. Es obligación de los padres tratar de controlar esta llamada conducta inapropiada persistiendo en bajarle la mano cuantas veces sea necesario para que, de una vez, desaparezca, lo mismo que explicarle todas las consecuencias negativas que puede tener el comerse las uñas, especialmente el daño que hace al estómago, porque no solamente se las comen, sino también se las pasan.
MOTIVOS O CAUSAS DE ESTA PROBLEMÁTICA
Este hábito generalmente es impulsado por razones psicológicas resaltando sentimientos como:
La ansiedad, el miedo, la angustia, el nerviosismo, el estrés, la frustración, el aburrimiento.
Sin embargo, estos sentimientos, a su vez, tampoco brotan de la nada, sino que suelen ser producto de experiencias traumáticas y/o complejas que la persona encuentra en el camino de su vida. A esos orígenes aún más complicados se les llama psicosomáticos y se refieren al impacto de hechos externos en el interior de las personas.
También hay experiencias similares que marcan a la personas de una forma más honda y le hacen cambiar toda su actitud ante la vida. Suelen tornarse tímidos o con baja autoestima y el desenlace también es la onicofagia.
¿COMO PREVENIR?
Si usted padre o madre de familia la tiene y no quiere que sus hijos la padezca evite hacerlo enfrente de ellos porque tienden a imitar su actos. Es peligroso que lo comiencen a hacer y lo encuentren reconfortante o divertido. Teniendo un hijo con o sin capacidades diferentes, la imitación es innata en el ser humano. En pocas palabras, para evitar la onicofagia, procure no dar un mal ejemplo y sea un buen padre estando siempre cerca de sus hijos,
TRATAMIENTO Y CONSEJOS
Se cree en general que el comerse las uñas en niños puede ser indicador de un problema psicosomático, pero se ha observado que en la mayoría de los casos esta manía empieza con la costumbre de chuparse los dedos más allá de los tres a cinco años de edad. Las principales recomendaciones si su niño tiene este mal hábito son las siguientes:
- La primera recomendación a los padres o docentes consiste en explicar a los niños la importancia que tienen las uñas.
- Insistir en la adopción de buenos hábitos y explicar al niño las consecuencias que puede tener la onicofagia.
- Explicar al niño lo horrible y feo que es, tener unos dedos o dientes deformes, negociación sin castigos, críticas ni regaños, ya que pueden empeorar su conducta y hasta deteriorar la relación con sus padres.
- En casos severos, se puede probar la aplicación sobre las uñas de aceites de sabor desagradable como el de kion o de la guinda que se pueden obtener fácilmente del maceración de esta materia prima, durante dos semanas en un aceite de oliva. Una aplicación diaria durante tres o cuatro semanas podría ser suficiente.
- La psicoterapia y la colaboración del docente o especialista en el centro educativo son de vital importancia y decisiva para desacostumbrar a los niños con este hábito.
- Lo más importante es nuestro comportamiento con nuestros hijos, de el dependerá sus futuras conductas. Volvemos a decir que, si algún miembro de la familia se come las uñas, no tengamos duda que los hijos seguirán los pasos para imitarnos.
Tomado de la exposición realizada por especialistas de la Escuela de enfermería de la Universidad Nacional Federico Villareal, Facultad de Medicina Humana.

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