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La importancia de una evaluación psiquiátrica

Escribe Horacio Vargas Murga (*)

Muchas mamás se resisten a que a sus niños los vea un psiquiatra. En algunos casos, no en todos, pueden haber alteraciones en las emociones o en las conductas que requieren primero una evaluación y después un tipo de tratamiento farmacológico, psicoterapéutico y en otros casos puede haber algún trastorno o alguna enfermedad mental que requiera ya de un tratamiento específico. Entonces, en estos casos se realiza una evaluación y un tratamiento posterior, no son todos los casos. Es una proporción de estos niños que van a requerir de esta atención psiquiátrica.
Puede haber niños que tengan retardo mental, epilepsia, que no necesariamente tengan alteraciones de la conducta o tengan digamos una enfermedad asociada.
¿Cuál sería la señal de los padres para llevarlos a un psiquiatra? Cuando uno ve cambio en la conducta, cuando el niño se pone irritable, agresivo en todas sus manifestaciones contra uno mismo, contra otras personas. Cuando hay cambios marcados en las emociones, como por ejemplo llantos súbitos, frecuentes, o tendencia marcada a la irritabilidad o cambios en el humor de forma repetida. Igualmente alteraciones importantes en el sueño, control de los esfínteres, problemas en las relaciones intelectuales que tengan con otros niños en el aspecto social. Cuando se dan estas situaciones es importante hacer una evaluación.
Hay un mito que siempre relaciona psiquiatría con locura. Lamentablemente es un prejuicio que todavía prevalece, lo que la mayoría de las personas conoce como locura es el equivalente a psicosis que es solo una proporción de los pacientes. En los adultos, por ejemplo, son el 1% de la población, y en los niños mucho menos.
La gran mayoría de los casos que vienen por atención psiquiátrica son niños con trastornos de hiperactividad, de conducta, con trastornos depresivos. Niños que pueden venir con problemas de retraso mental, siempre y cuando se acompañen de alteraciones de conducta, convulsiones, trastornos generalizados del desarrollo, y hay toda una gama amplia de cuadros clínicos.
Todos los cuadros clínicos y psiquiátricos que se presentan en adultos, excepto los trastornos de personalidad y las demencias, se presentan también en niños y adolescentes. Además de eso hay cuadros adicionales que empiezan en la niñez y en la adolescencia y que se prolongan en la edad adulta.
Es decir los cuadros psiquiátricos en niños y adolescente en cuanto a variedad son mayores que en los adultos. En proporción de lo que la gente comúnmente conoce o llama como locura o psicosis es un pequeño porcentaje de un grupo amplio de patologías.
Por eso digo que una evaluación preliminar sería importante para saber si el niño necesita o no tratamiento de medicinas o terapias.

* Consultor de Taskichiyperu, psiquiátra de niños, adolescentes y adultos del Instituto Nacional de Salud Mental, Honorario Delgado-Hideyo Noguchi.

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