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"Una cosa es que una rata dé pasos gracias a las células madre y otra curar a un tetrapléjico"

Este hematólogo tiene los pies en el suelo. En medio de discursos que confunden la medicina con la ciencia ficción y simples ensayos clínicos con certezas terapéuticas, Rafael Villalba pone cordura en el debate de las células madre. No habla de oídas: dirige el Banco de Tejidos del Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Córdoba, uno de los más activos de España. Es, por ejemplo, el que más válvulas cardiacas procesa de todo el territorio nacional (entre 100 y 120 al año), sólo por detrás del Hospital Clínico de Barcelona.
-Esta semana ha participado usted en el XIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Histología e Ingeniería Tisular, celebrado en Córdoba, y ha desmontado algunos tópicos sobre la medicina regenerativa. La verdad es que sorprendieron sus afirmaciones...
-Mire, en este asunto hay que diferenciar claramente dos cosas. Una es la medicina regenerativa, en la que se utilizan células madre de diferente origen: bien embrionarias, con todo el debate ético que existe en torno a ella, y las adultas, con las que hay menos controversia. Aquí de lo que se trata es de regenerar tejidos dañados, incluso órganos, a través de células madre. Y otra cosa muy diferente es la ingeniería tisular.
-¿En qué consiste?
-En tratar de construir tejidos nuevos a base de compuestos celulares pero unidos a otras estructuras, que pueden ser sintéticas. Eso dos campos de la medicina plantean, efectivamente, enormes expectativas. Tanto que los expertos llegan a decir que nos encontramos ante el inicio de una era de la medicina, igualable a lo que en su tiempo fue el descubrimiento de los antibióticos. Cuando éstos no existían, las enfermedades infecciosas eran mortales y la gente se moría fácilmente de una neumonía o una meningitis. Entonces, el cambio para poder afrontar ciertas enfermedades fue revolucionario. Y ahora, las terapias regenerativas posiblemente nos permitan abordar enfermedades que hoy por hoy tienen un tratamiento muy limitado. Y es lógico que eso cree expectación.
-Pero usted ha dicho esta semana que se trata de esperanzas poco realistas...
-No, lo que pasa es que se trata de expectativas muy optimistas, quizás demasiado. Mire, hay enfermedades que forman parte de las pesadillas del ser humano, por ejemplo las lesiones sobre la médula espinal. Ver que un chico joven está tetrapléjico a causa de un accidente de tráfico y que no hay tratamiento para eso..., es muy duro asumirlo. Entonces, que algunas terapias ofrezcan la posibilidad de que podamos regenerar la médula espinal y que eso se pueda curar genera una ilusión enorme. Lo que ocurre es que eso no es de la noche al día.
-Porque una cosa es que se esté investigando una técnica médica y otra que se pueda aplicar, ¿no?
-Efectivamente. Una cosa es que consigamos que una rata tratada con células madre pueda dar algunos pasos y otra que un tetrapléjico recupere las funciones de los brazos y de las piernas. Es posible que hayamos sido los médicos, por un exceso de personalismo, los que hayamos creado esa expectación a la que antes me refería, o quizás en eso también hayan tenido que ver los medios de comunicación.
-¿Por qué?
-Porque hayan interpretado ensayos in vitro o estudios experimentales como realidades clínicas.
-¿Hasta dónde puede llegar hoy la medicina regenerativa y dónde empieza la ciencia ficción?
-Hoy por hoy, una de las terapias que están más avanzadas es la recuperación del músculo cardiaco. El propio Hospital Reina Sofía hace ensayos para utilizar células madre en la recuperación de un corazón que haya sufrido un infarto de miocardio. Si un paciente tiene un corazón con una zona que no se contrae, con todas las consecuencias que eso puede derivar, las células madre pueden paliar ese fallo. Y parece que esta técnica pueden tener una utilidad importante.
-De hecho, el Hospital ya aplica esta técnica a varios enfermos cardíacos.
-Sí. Lo que pasa es que no hay que perder de vista algo que la medicina nos ha enseñado a lo largo de la Historia. Y es que existen terapias que ofrecen grandes expectativas en su fase de ensayo, que luego se emplean en seres humanos y dan resultados buenos, pero a partir de un tiempo comenzamos a observar los efectos secundarios. Con los que quizás no se contaban. Por eso hay que ser muy cautos en todo este debate. Por que es cierto que una célula madre tiene la facultad de diferenciarse en la célula que nosotros queremos, pero también es posible que lo haga en una célula que no queremos. Por ejemplo en una tumoral, teniendo en cuenta que la manifestación tumoral no es inmediata. Todos esos mecanismos de seguridad hay que tenerlos en cuenta. Lo que hay que tener claro es que, a pesar de las posibilidades que se abren con estas nuevas técnicas, el tratamiento para ciertas enfermedades sigue siendo el mismo. Por ejemplo, para un diabético el tratamiento consiste en la insulina, la dieta y el ejercicio.
-¿Le parece arriesgado decir, como ha sostenido una investigadora en el congreso de esta semana, que en el plazo de diez años no serían necesarios los trasplantes gracias a la medicina regenerativa?
-Eso es hacer un ejercicio de futurología, aunque hay que tener en cuenta que en la medicina todo es posible. Además, una de las cosas que vemos en la historia de la medicina es que sus avances van en progresiones logarítmicas. En el siglo XX, por poner un ejemplo, se ha avanzado en Medicina más que en toda la historia de la Humanidad. Es posible que se llegue a formar órganos, aunque se trata de algo muy complejo porque, entre otras cosas, aún no conocemos la biología del ser humano, no sabemos la cantidad de factores y factores que influyen en muchas cosas que nos ocurren. Mire, cuando se clonó la oveja dolly, es cierto que se consiguió crear a un ser vivo, pero se llegó a observar que envejecía muy rápidamente, que desarrolló pronto artritis y que se murió en seguida. Sí, se consiguió un ser vivo, pero con una biología extraña. En ese sentido, a lo mejor podemos crear un órgano para el ser humano, pero con una biología de la que no estamos seguros.
-Supongo que usted habrá escuchado o leído muchos disparates acerca de las células madre, ¿no?
-Es que a veces parece que las células madre van a ser la panacea, cuando lo que conviene ahora es ser cautos. Además, hay que pensar que en la medicina no existe la solución del todo: un problema de salud es un conjunto de muchos problemas. Y la medicina regenerativa podrá atajar determinados problemas de un gran problema. En el caso del infarto de miocardio al que antes me he referido, parece que se puede recuperar la capacidad de contracción del músculo, pero dentro del infarto hay otras muchas circunstancias que esa técnica no ataja. A mí me da la sensación de que, a veces, la gente piensa que vamos a ser capaces de fabricarlo todo, pero hoy por hoy seguimos necesitando del altruismo y la solidaridad de los donantes. Las donaciones siguen siendo muy necesarias, y la gente debe saberlo y no poner las esperanzas en la medicina regenerativa.
-¿Le preocupa que los ciudadanos pierdan el compromiso con las donaciones de órganos por este motivo?
-En cierto sentido sí. Cuando se abrió el Centro de Transfusiones en Córdoba en 1992 había ya muchas investigaciones en marcha para fabricar sangre artificial. Con ese objetivo se han hecho muchos esfuerzos y se han invertido enormes cantidades de dinero, y hoy, en el año 2007, en Córdoba seguimos necesitando 30.000 donantes para poder atender las intervenciones quirúrgicas.
-¿Cree que el debate ético que está suscitando este tema de la clonación terapéutica contamina o entorpece la investigación?
-A pesar de las controversias, creo que siempre se llega a un punto de encuentro y, en ocasiones, a un marco legislativo. Pero es cierto que no se pueden obviar los componentes religiosos y éticos. De cualquier modo, el investigador suele seguir su camino a pesar de esas diatribas. En este sentido creo que nadie duda de la utilidad terapéutica de las células madre: el debate viene cuando se habla de células embrionarias. No existe tal problema, tal polémica, cuando hablamos de células adultas.
-¿Piensa que la oposición a estas técnicas biomédicas es transitorio, que acabarán por ser aceptadas con el tiempo?
-Es posible. Cuando se vayan considerando terapias puede que desaparezca esta oposición.
-El ministro de Sanidad, Bernat Soria, destacó el pasado lunes la capacidad y la calidad investigadora del Reina Sofía. ¿Está tan a la vanguardia el centro cordobés en las terapias regenerativas?
-Sin duda. Como es sabido, el Reina Sofía es un hospital trasplantador por excelencia, y eso le da un prestigio. Además, cuenta con un magnífico servicio de Hematología. El liderazgo que ostenta nuestro hospital en este campo es indudable.

Rafael Aguilar
Tomado de
www.abc.es

Publicado 16/09/07

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